miércoles, 4 de junio de 2014

La gata pastelera

Mide con precisión. Gramos, mililitros, centímetros. Entra en un estado Zen, con una semisonrisa que pocas otras actividades le hacen aflorar. Quizá, ninguna. Sus ojos verdes se abren y se entrecierran según lo que esté haciendo sea más fácil o complicado.

Bajo sus garras expertas, la alquimia es real; convierte huevos, harina y un poco de manteca en delicias; bien sé yo que lo que emerge de ese proceso, luego de un breve período de horno, es mágico y de resistencia difícil. Mil guerras he peleado contra su embrujo, intentando en vano conservar mi figura idealizada, esa en la que no tengo pancita. En esa fantasía, tampoco tengo cuarenta (debe quedar claro que me gustan las batallas perdidas; y que esto no es una fuente de orgullo).

La casa se inunda del olor dulzme gustan las batallas perdidas; esto no es una fuente de orgullo.ar mientras ella trabaja. Me gruñesa en la que no tengo pancitón que emana de nuestra cocina, esa cocina a la que no me deja entrar mientras ella trabaja. La gata me gruñe cuando lo intento, en una mezcla de juego y amenaza (aunque bien sabemos que para los felinos todo es una combinación de ambos). No quiero que me muerda, así que me voy y la dejo sola. He aprendido mi lección a fuerza de zarpazos y dentelladas. En esos momentos puntuales, la cocina es suya y de nadie más.

Pero sólo es una retirada estratégica, porque lo que ella no sabe es que la mayoría de las veces en las que rompo su orden de no entrar es porque me fascina verla tan contenta y concentrada. Simulo necesitar esto o aquello: una fruta, o un vaso de jugo, o poner agua para el mate. No importa qué; importa mirarla trabajar.


Entonces, al retroceder, siempre vuelvo de forma sigilosa, también felina, apenas asomando la cabeza por el marco de la puerta. Me gusta espiarla porque si se siente observada quizá decida dejar de cocinar. Y no quiero eso, porque vivir con una gata pastelera no es un privilegio que tenga todo el mundo.

2 comentarios:

  1. Sinceramente me emocione! Que hermoso esto que describis.

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  2. Hermoso! Sinceramente me hiciste emocionar! Hay mucho amor en esas palabras y un sentimiento enorme de orgullo eso es lo bello. Muchas grax

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